lunes, 14 de diciembre de 2009

IDEOLOGIAS POLITICAS DEL PODER MUNDIAL: LA IZQUIERDA, EL CENTRO Y LA DERECHA

En el siglo XX, tal vez fue el Nacional Justicialismo quien mejor visualizó la trampa dialéctica y política de la "izquierda-centro-derecha". En este afiche propagandístico, se resalta que el peronismo es pendular y que oscila entre el individualismo capitalista y el colectivismo comunista, pero que no es una ideología de "centro".

Un reiterado infantilismo es el que cometen bastantes militantes y compañeros del nacionalismo argentino cuando, por querer desafiar a un interlocutor, dicen: “yo soy de derecha”. Anida allí una dialéctica muy bien urdida por el marxismo, la cual consiste en encasillar humillantemente a quienes sostienen los valores de Dios y de Patria, manifestando que “los de derecha son reaccionarios, fascistas, golpistas, nazis, milicos, antisemitas o retrógrados”. Y desde los sectores liberales y conservadores, es decir, la verdadera posición de derecha como veremos más adelante, alegan que “los de derecha son retrógrados, demagogos, atrasados, antisemitas o populistas”. Nos encontramos, entonces, con que el sistema trata a quienes sostenemos los valores permanentes de Dios y de Patria con los siguientes epítetos:

Desde la izquierda: reaccionarios, fascistas (o fachos), golpistas, nazis, milicos, retrógrados.

Desde la derecha: retrógrados, demagogos, atrasados, antisemitas, populistas.

En este aparente juego de títulos y etiquetas, unos (los izquierdistas) se asumen como tales, seguramente apañados por esa avalancha de subversión cultural mundial que hoy los tiene como lo “políticamente correcto”. Los otros (los derechistas) no se asumen como tales, aún a sabiendas de que a una postura de izquierda le merece, como contrapeso, otra postura de derecha. La globalización necesita posturas de izquierda y de derecha para ejercer su dominio lo más tranquilo posible; si nos detenemos en el tiempo, notaremos que fue el período de la llamada “Guerra Fría” la que mantuvo en una regia coordinación y cooperación a los regímenes que adoptaban políticas de derecha e izquierda. Podemos nombrar, para el caso, los convenios económicos de la ex URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) con el Proceso de Reorganización Nacional argentino, o los acuerdos firmados entre la China comunista de Mao Tse Tung con el gobierno republicano estadounidense de Richard Nixon, entre 1972-1974. Y como éstos, varios ejemplos más de ese equilibrio entre posiciones aparentemente contrapuestas se nos vienen a la mente al ir desarrollando esta temática.

Pero, ¿qué es la izquierda, qué la derecha y qué el centro? En el presente siglo XXI, y de acuerdo a los medios masivos de desinformación, el ideario político se movilizó únicamente por y desde posiciones de “derecha” o “izquierda”. Ya no hay, ni hubo, ni existió siquiera, para los desinformadores, una tercera posición que se oponga a ser parte de “la derecha” o de “la izquierda”. En tan pobre análisis mediático, Juan Manuel de Rosas fue “de derecha”, y está al lado del teniente general Jorge Rafael Videla… O el masón y almirante Emilio E. Massera comparte la galería con el “derechista” general Julio Argentino Roca. Y vale lo mismo poner a la vieja familia oligárquica Martínez de Hoz con el actual dirigente del campo Eduardo Buzzi. La Biblia y el calefón, todo junto.

Es esa mediocridad de los tiempos que corren la que omite decir que el peronismo fue una tercera posición alejada de posturas de derecha y de izquierda, porque, como intentábamos explicarlo, a la globalización le conviene resumir todo en derechas e izquierdas. Una ideología política superadora de dichos planteamientos, como supo serlo el Nacional Justicialismo o el federalismo de don Juan Manuel de Rosas, equivale a asestarle a la sinarquía internacional una bofetada ejemplar.

De hecho, al crearse el Consejo Nacional de Posguerra el 6 de septiembre de 1944, Juan D. Perón exclamó que
“la labor para lograr la paz interior debe consistir en la anulación de los extremismos capitalistas y totalitarios, sean estos de derecha o izquierda, partiendo de la base del desarrollo de una acción política, económica y social adecuada por parte del Estado y de una educación de los individuos encaminada a elevar la cultura social, dignificar el trabajo y humanizar el capital, especialmente, y reemplazar los sistema de lucha por el de colaboración”.



ORIGEN DE LA “IZQUIERDA-CENTRO-DERECHA”

Veamos lo que entendía el periodista Víctor Sueiro sobre los vocablos políticos “izquierda”, “centro”, “derecha”, según una nota de abril de 1991 de la revista Conocer y Saber:

“Es mucho más fácil barrer una escalera desde abajo hacia arriba que analizar aquí el descalabro político-social que se vivía en Francia poco antes, durante y después de la famosa revolución que en 1789 cambió la historia del mundo, para bien o para mal. Lo que no admite discusión es que, en efecto había un gran descalabro de tipo político-social. Para tratar de que las cosas salgan lo mejor posible se reunían cuando podían o era necesario los llamados Estados Generales, lo que hoy sería una Asamblea General Constituyente, ya que todos estaban representados allí. No vamos a decir que se ponían de acuerdo porque mentiríamos. Pero estar, estaban.

Por entonces los Estados Generales eran tres: la Nobleza, el Clero y el Pueblo. Se ubicaban siempre en los mismos lugares cada grupo. Y si uno los miraba de frente, encarándolos, la Nobleza se hallaba a la derecha; el Clero en el centro y el Pueblo –primera vez tenía voz y voto- a la izquierda. Según parece de allí surgió y para siempre esa identificación. También nacía allí lo que muchísimo después se llamaría “lucha de clases”, aunque el tiempo y otros detalles de la vida han mezclado a menudo a unos con otros, lo cual no es ni bueno ni malo. Sencillamente ocurre. Y en las revistas políticas lo cuentan muy lindo, pero ésta es otra historia y no la nuestra”.


A esta explicación del desaparecido Sueiro, hay que añadir algunas cosas más. Como que su opinión sobre el origen de la “izquierda-centro-derecha” es la que más comúnmente se ha difundido. Por lo tanto, triste resulta identificarse, como lo hacen muchos nacionalistas y católicos, con “la derecha”, si tenemos en cuenta que su origen se remonta a la masónica Revolución Francesa de 1789.

A finales del siglo XVIII, ser de izquierda significaba ser liberal, por más paradójico que hoy resulte esta afirmación. Sino, veamos lo que la propia masonería entiende sobre el ser liberal (obra “Masonería. Historia de los Hermanos Tres Puntos”, de Alberto J. Triana –Padre Atilio Röttjer-):


“El liberalismo –última consecuencia del racionalismo- ha minado civilizaciones, aplastado religiones y destruido patrias. La difusión de esta ideología liberal se la debemos a los masones que concentraron la quintaesencia de su ideario en los treinta y cinco volúmenes de la Enciclopedia, editada por la Gran Logia de Francia, bajo la dirección de Diderot y D’Alembert, desde 1751 al 1765. Federico Nicolás –el Diderot alemán- hizo otro tanto en Alemania con su “Biblioteca Universal”.

El masón [Emilio] Grisar ya había dicho refiriéndose a la doctrina encarnada en todos los miembros de la “hermandad”: “El liberalismo somos nosotros; nosotros su pensamiento, su alma y su vida”. Como el liberalismo masónico se halla en diametral oposición con el catolicismo, el órgano oficial de la masonería belga reconoció, en abril de 1875, que “lógicamente nadie puede ser “liberal” en política y católico romano en religión”.


Valga esta última sentencia para varios liberales que se dicen católicos como el periodista Mariano Grondona, entre otros. Como vemos, el liberalismo fue tomado por la masonería en los siglos XVIII y XIX como aquella ideología política que, emergiendo de la burguesía triunfante de la Revolución Francesa, estaba llamada a destruir todo vestigio de religión, de patria y de moralidad.

Teniendo en cuenta que el propio poder mundial distorsionó al liberalismo hasta convertirlo en una tendencia política de derecha, si un hombre de Fe y nacionalista se dice “de derecha”, estaría contrariando absolutamente sus propias creencias: o sería una perfecta víctima de la dialéctica proveniente de la izquierda del sistema mundial, o bien, estaríamos ante un perfecto idiota con nula o escasa preparación.

Una postal de la mentada "Guerra Fría", donde la derecha y la izquierda políticas se unen: corría el año 1979, y dos personajes del poder mundial se mostraban charlando distendidamente. Ellos son el liberal general Benito Reynaldo Bignone y el marxista-leninista Fidel Castro Ruz. Era cuando en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), ambos regímenes cubrían sus violaciones a los DD.HH., una vez que los mismos perdieron el apoyo que les dieron las potencias imperialistas.

Como quiera que sea, y tal cual lo sostienen los propios personeros de la Internacional Masónica, ningún católico ni ningún nacionalista puede considerarse un hombre político de “derecha”, “centro” e “izquierda”. Simplemente porque lo que se planteó para el mundo a partir de 1789 es la antítesis perfecta y absoluta de lo que predica un cristiano y un ser que ama sus tradiciones, sus valores y sus costumbres, o sea, todo aquello que le brinda su terruño patrio.


INGLATERRA PIONERO EN LA DIVISION POLITICA “IZQUIERDA-CENTRO-DERECHA”

No obstante todo lo anterior, parece ser que en verdad el origen de la división “izquierda-centro-derecha” que aplica el poder mundial en la política está situado en Inglaterra, en el siglo XIII.

Una carta de lectores titulada “Nace la izquierda”, suscripta por el arquitecto y urbanista Carlos Daniel Colombo para el diario “La Nación” el 26 de julio de 2003, así decía:


“En las últimas semanas he leído y escuchado diversas opiniones sobre el alineamiento del gobierno del doctor Kirchner a políticas de izquierda. Algunas opiniones vertidas por algunos periodistas dan como iniciadores del uso del término a los asambleístas de la Revolución Francesa.

“Sin embargo, según tengo entendido, dicha diferenciación se gestó en el siglo XIII en Gran Bretaña, durante el reinado de Eduardo I, cuando comienza a establecerse de manera informal la Cámara de los Comunes, separada de la Cámara de los Lores.

“Aparece poco después la figura del “speaker” o moderador, representante en un principio del rey, quien efectivamente dividió a dicha cámara en dos, los que se sentaban a la izquierda, los liberales primero y laboristas luego, y los que se sentaban a la derecha, los conservadores”.


Y al desentrañar la evolución del liberalismo de una política de izquierda a otra emparentada con la derecha, siempre bajo las reglas del poder mundial, sigue diciendo el arquitecto Colombo:

“Durante su evolución a lo largo de varios siglos el ala izquierda de la Cámara de los Comunes aprobó leyes, tales como, la de la abolición de la esclavitud en 1833, así como la prohibición del trabajo de los niños, seguridad en las fábricas, límite de 8 horas para la jornada de trabajo de los mineros, seguro de desempleo y servicio de asistencia médica gratuita, etcétera, leyes que contribuyeron a crear lo que es conocido hoy como el “welfare state” o estado de bienestar.

“Algunas de estas leyes fueron adoptadas e incluidas posteriormente en nuestra legislación.

“Irónicamente debido a estas leyes aprobadas por los legisladores “izquierdistas”, el pueblo británico es hoy uno de los más conservadores del mundo”.


Será necesaria otra nota más para tratar este tema de la “izquierda”, el “centro” y la “derecha” en la política. Por ahora, sirvan estas líneas para ir aclarando el panorama.

1 comentario:

Observador dijo...

Las derechas, centros e izquierdas no son ideologías. Ideologías son el comunismo, el liberalismo, el fascismo, el anarquismo, etc. Las derechas, centros e izquierdas son conceptos topográficos de la política. Confundir estos puntos topográficos con ideologías es quedarse fuera de juego. La gente no vota ideologías, sino programas, y a veces ni eso.