sábado, 17 de julio de 2010

IDEOLOGIA, PRESUPUESTO Y CORRUPCION DE LAS FF.AA. ARGENTINAS (PARTE II)

Septiembre de 2008. Recién entonces se pusieron los carteles que daban cuenta de la venta del predio donde funcionó la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar, en el porteño barrio de Villa Luro, Buenos Aires. Un negociado que apenas salió a la luz.

En nuestra última entrega del día 4 de julio de 2010, habíamos planteado que desde el final del menemismo hasta el presente, las instituciones armadas del país se vieron infectadas por una ola de corrupción generalizada, producto, entre otras cosas, de los dirigentes puestos oportunamente en el irrisorio Ministerio de Defensa luego del ascenso al poder de Néstor Carlos Kirchner en 2003.

Como han sido varios los negociados que salieron a la luz en estos últimos años, referiremos a uno en particular que tomó por sorpresa a una inmensa mayoría, pues, con el devenir de los días y las semanas, empezó a aflorar un nudo impresionante de intereses que iban desde viejos delincuentes del sindicalismo nacional hasta encumbrados funcionarios del ya nombrado Ministerio de Defensa conducido por la ayer delincuente terrorista Nilda Celia Garré.

También habíamos escrito en la nota del 4 de julio último que los ascensos de los oficiales de las tres armas obedecían ya no a la capacidad del uniformado sino a la afinidad ideológica que el mismo posee. A partir del año 2007, aproximadamente, y dentro del Ejército Argentino, tal favoritismo recaló en, al menos, dos generales que devinieron en secuaces kirchneristas dispuestos a infiltrar y romper con la esencia misma de la institución armada. Sus nombres han salido en casi todos lados: hablamos del general de Brigada César Milani, y del general de Brigada Hugo Domingo Bruera. Nosotros desarrollaremos las presentes líneas hablando del primero de los nombrados.


CIERRE DE LA ESCUELA DE AGENTES DE INTELIGENCIA MILITAR

César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani. Así de largo es el nombre de este delincuente traidor que llegó al grado de general de Brigada del Ejército Argentino. Fue designado por la subversiva Nilda Celia Garré como director general de Inteligencia, un puesto clave a la hora de encubrir negocios turbios y para delatar a los ideológicamente díscolos dentro de la fuerza.

Su afinidad con la administración Kirchner-Fernández Wilhelm es notoria: un hermano suyo, Rodolfo Milani, es puntero político y hombre de confianza del diputado nacional kirchnerista Carlos Caserío. ¿Quién fue Caserío? En la década de 1970 anduvo por las filas de la delincuencia subversiva como integrante de la Organización Montoneros. Esto representa, a grandes rasgos, el pasaporte para que hoy César Santos Milani sea la máxima autoridad en el aparato de Inteligencia del Ejército Argentino.

Como el poder lo enloqueció, no tuvo idea más peregrina que incurrir en reiteradas estafas contra el propio ejército, todo lo cual no fue impedido hasta ahora por la señora Garré ni por el séquito de traidores que la secunda en sus aberrantes funciones al frente del Ministerio de Defensa de la Nación.

Entre el 30 de marzo y el 5 de abril de 2010, se supo que César Milani ordenó la venta a precio vil de una serie de inmuebles que, en su momento, habían ido adquiridos con fondos reservados del Ejército Argentino. Los inmuebles se adquirieron mediante la constitución de 3 empresas: en 1965, el ejército creó la firma ORGAFIN S.A.; en 1977, PLANTAUTAR S.A.; y en 1988 MEJABA S.A.

A fines de marzo y comienzos de abril del corriente año, decíamos, Milani dio instrucciones precisas para que los administradores de estas sociedades empresariales vendan cuanto antes las propiedades que tenían. Desde luego, que esta búsqueda de liquidez responde a una suerte de “desaparición de pruebas” en su contra.

Sin embargo, estas estafas del delincuente general de Brigada César Milani parecen ser de antigua data, pues, de buenas a primeras, en agosto/septiembre de 2008 nos encontramos con el cierre repentino de la ex sede de la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar, la cual funcionaba en la calle Basualdo 438, barrio de Villa Luro, Capital Federal. Justamente, el lugar que una mañana apareció cerrado y con sendos carteles amarillos de una inmobiliaria, era o pertenecía al área que ya entonces manejaba el general de Brigada Milani: la Inteligencia del Ejército Argentino…


LA INTERNA EN LA INTELIGENCIA CASTRENSE

En verdad, el inmueble donde estaba la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar se vendió el 22 de noviembre de 2007, en medio de una poco dilucidada interna que se dio en el sector de Inteligencia del Ejército Argentino. Unos días antes de esa fecha, el director general de Inteligencia era el general de Brigada Osvaldo Montero. Éste era afín al teniente general Roberto Fernando Bendini, un hombre que siempre se supo (y damos fe) de extracción nacionalista-peronista. Montero fue pasado, entonces, a disponibilidad.

El diario “La Nación” del 22 de noviembre de 2007, expresaba que
“según observadores militares, Montero es un general de mucha llegada al jefe de Estado Mayor del Ejército, general Roberto Bendini, hombre que goza de la estima del Presidente [todavía estaba Néstor Kirchner]. “Bendini quedó en situación delicada”, comentó ayer a LA NACION una fuente presidencial. “Y Montero salvó a Garré, que estaba prácticamente afuera [del nuevo gabinete que iba a designar la flamante presidente Cristina Fernández Wilhelm]”, agregó”. Nunca trascendió el verdadero motivo de este cisma en el aparato de inteligencia castrense, aunque, más tarde, se hayan filtrado algunos negociados con propiedades como el que estamos refiriendo acá.

El hecho concreto, y que está demostrado en la imagen que encabeza a esta nota, es que el cartel de venta del predio de la calle Basualdo 438 apareció recién por esos días del mes de agosto y septiembre de 2008, ya ejerciendo la jefatura de Inteligencia del Ejército Argentino el general César Milani.

Otra imagen del predio de la calle Basualdo 438. El desguace del Ejército Argentino tiene apellidos tristemente célebres: Garré, Milani, Montero, Cavalieri, Kirchner...

La venta a precios bajos ordenada por Milani entre marzo y abril de 2010 de los inmuebles comprados con fondos reservados del ejército, también se dio en la desaparecida Escuela de Agentes de Inteligencia Militar. El predio tenía 3.000 metros cuadrados, y fue vendido en apenas 300.000 dólares, cuando su valor, en verdad, es tres o cuatro veces superior. En 2006, el edificio había sido tazado en 2.800.000 dólares. Se estima que los compradores tienen vínculos familiares con el traidor César Santos Milani.

CAVALIERI Y LA SOCIEDAD DE PANAMA

Otra versión parece tener tanto o mayor asidero. Eterno secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC), Armando Oriente Cavalieri entra en escena de forma insospechada (aunque no tanto, bah).

Cavalieri es de esos sindicalistas que, protegido desde las sombras de la antipatria y la vergüenza, ascendió al status de empresario todo terreno. No limitó su ambición angurrienta y depravada a su campo de acción, sino que fue más allá. Y aparece así, en un caso patético que daña y aniquila los aparatos de inteligencia de la defensa nacional.

Como buena rata de albañal, Armando Oriente Cavalieri fue colaboracionista durante el liberal Proceso de Reorganización Nacional, dado que desde el mismo año 1976 fue perro faldero de los generales y criminales Jorge Rafael Videla y Roberto Eduardo Viola, gracias a los cuales Cavalieri pudo volver a ejercer cargos dentro del sindicalismo traidor sobreviviente al golpe de Estado del 24 de marzo contra María Estela Martínez de Perón. Es que Cavalieri había perdido su condición de sindicalista desde que en 1971 fue detenido por pedir coimas a la empresa Pueyrredón Construcciones.

Vuelta la democracia liberal-marxista, Armando Cavalieri incrementó como nunca sus capitales, llegando a inmiscuirse en los negociados que hacían –y hacen- los oficiales subvertidos ideológicamente por la administración Kirchner-Fernández Wilhelm. Sino, no nos puede sorprender el que Cavalieri haya tenido lazos e intereses económicos con el ex jefe de Inteligencia, general de Brigada Montero. Como tampoco puede sorprendernos que el sindicalista-empresario Armando Oriente Cavalieri haya tenido acciones o participación en una empresa ‘fantasma’ llamada PANAMERICAN BUILDING COMPANY, que no es otra que la firma que compró el predio de la ex sede de la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar de la calle Basualdo 438. Dicha sociedad es de origen panameño, y fue inscripta en Argentina 4 días después de haber comprado el edificio de inteligencia del ejército…

Cuando el 22 de noviembre de 2007 la extraña empresa PANAMERICAN BUILDING COMPANY adquirió el predio del barrio de Villa Luro, todavía estaba en funciones el coronel Julio Eduardo Arroyo Arzubi, jefe de la unidad. Esa misma tarde se acordó su desalojo junto al del personal que vio asombrado el final de la Escuela de Agentes de Inteligencia Militar. La cúpula del Ejército y el impresentable Ministerio de Defensa aceptaron este episodio sin chistar ni objetar nada.

Fotografía del 1° de octubre de 1998: de anteojos y saco oscuro, Armando Oriente Cavalieri. A su lado, de bigotes, el delincuente Rodolfo Daer, quien era secretario general de la CGT. Por último, ambos acompañan al agente internacional Carlos Saúl Menem.

Al día de hoy, poco se conoce del destino del coronel Julio Eduardo Arroyo Arzubi, quien retardó estoicamente 8 años la venta del predio de Villa Luro. Según algunas fuentes militares anónimas, si Arroyo Arzubi llegara a ser interrogado para que de detalles de cómo fue esta oscura transacción, con seguridad contestaría que la venta fue un fraude organizado desde Nilda Celia Garré, pasando por la cúpula del Ejército Argentino y recalando, sin escalas, en el submundo del sindicalismo miserable, traidor y entreguista que dejó a cientos de miles de argentinos trabajadores en el más profundo desamparo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el que retraso 8 años fue otro, y que a este si nadie sabe a donde fue.