martes, 17 de agosto de 2010

ALBERT PIKE: LUCIFERINO, GRADO 33 Y "EMPERADOR-PAPA" DE LA MASONERIA

Albert Pike, con atuendos masónicos correspondientes al Grado 33 del Rito Escocés de Antiguos y Aceptados Masones.

Albert Pike había nacido el 29 de diciembre de 1809 en la ciudad de Boston, Estados Unidos. Siendo joven, estudió en la Universidad de Harvard. Al producirse la Guerra de Secesión en aquel país, Pike aparece como general de Brigada del ejército confederado que, como se sabe, fue el bando que perdió la contienda. Fue entonces que Albert Pike fue encarcelado bajo el cargo de traición.

Poco duró en prisión Pike. Como presidente de los Estados Unidos estaba Andrew Johnson, un miembro de la masonería que indultó, el 22 de abril de 1866, a Albert Pike, hombre también de las logias. Una vez liberado, éste se encontró en la mismísima Casa Blanca de Washington DC con el presidente Johnson, donde, al parecer, ambos acordaron ayudarse mutuamente por su condición de masones. El 20 de junio de 1867, Andrew Johnson fue promovido al Grado 32 del Antiguo Rito Escocés de Libres y Aceptados Masones, y hasta mandaría erigir un templo masónico en la ciudad natal de Albert Pike, Boston. No es casual, por otra parte, que Pike sea el único oficial confederado que tiene un monumento en la ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos.

Acorde a sus ideas, y teniendo en cuenta que Albert Pike fue profundamente esclavista y simpatizante de la teoría de la supremacía racial blanca, fue uno de los principales fundadores de la sociedad secreta y racista Ku Klux Klan (KKK). Como buen masón que era, Pike y el séquito de fundadores de esta sociedad tenía muchas similitudes con las logias, por sus juramentos de lealtad so pena de terribles castigos imperdonables. Una fórmula de juramento para ingresar al KKK era el siguiente:


“Yo, X, por mi propia voluntad, expresada libremente, y ante Dios todopoderoso, juro solemnemente que no revelaré a nadie que no sea miembro del …, ni con palabras, ni con signos, ni con actos, ninguno de los secretos, signos, claves, santo-y-señas o propósitos del …, ni dejaré saber a nadie que yo formo parte de él, ni que conozco a algunos de sus miembros; juro también que obedeceré cuantas órdenes del … emanen y me sean comunicadas. Y que así Dios me ayude”.

Los espacios en blanco de esta declaración de compromiso con el KKK y sus fines no constituyen un error. De hecho, jamás se pronunciaba el nombre del Ku Klux Klan, ni tampoco nunca se escribía, sino que, directamente, y cada vez que se refería al mismo, se dejaba en blanco. El KKK tenía ritos de iniciación, y su organización se dividía en múltiples “dens” (o “antros”), cada uno de los cuales era presidido por un “cíclope” (¿imitación del masónico ‘ojo que todo lo ve’?). Todo esto ocurría por 1871, más o menos.

GRADO 33 DEL RITO ESCOCES

Es interesante poder indagar el rol que le cupo a Albert Pike dentro de la masonería internacional, lo mismo que sus definiciones. Fue iniciado en el Rito Escocés Antiguo Aceptado, y alcanzó el Grado 33 (Soberano Gran Inspector General), lo mismo que el corsario Giuseppe Garibaldi. ¿Qué entendemos por el Grado 33 de este siniestro rito de la masonería? Algo nos aclara Monseñor León Meurín:

“El grado 33 es ostensiblemente el del Emperador-Papa del césaro-papismo. (…)”. El día en que se inicia un Soberano Gran Inspector General, “el Supremo Consejo está engalanado de púrpura, color de la sangre, de la vida y de la muerte. Hay pequeños dibujos de esqueletos, calaveras, huesos en aspa y manos, emblemas que se refieren, bien a los Templarios muertos, o bien a los condenados en el cielo rojo de Lucifer, Emperador-Papa del Fuego.

“Por encima del Presidente hay un triángulo donde está pintada la iodhebraica, inicial del nombre inefable de Jehová o Jihejeh, que Lucifer se ha apropiado. En el centro del Local hay un pedestal triangular, cubierto con un tapiz carmesí, color de la cólera, sobre la cual hay una Biblia abierta y una espada atravesada sobre ésta –no para defenderla, sino para aniquilarla-. Al lado norte hay un esqueleto humano que tiene en la mano derecha un puñal, en ademán de apuñalar a los traidores a la Orden, y en la izquierda, la bandera blanca de la misma, símbolo no de castidad, sino de su supuesta inocencia.

“Sobre la puerta de entrada, en la parte interior, hay una colgadura azul con la divisa Deus meunque jus”.
(“Simbología de la Masonería”, Monseñor León Meurín, S.J.)


PIKE, JEFE SUPREMO DE LA MASONERIA

Una regla de la Masonería exige que no todos los que llegan a ostentar el Grado 33 del Rito Escocés Antiguo se conviertan en Emperador-Papa de la orden, pues ésta exige que haya solamente un único Jefe Supremo de toda la Masonería, sea cual fuere el rito o la denominación. Es menester saber que no siempre un Jefe Supremo de la internacional es judío.

Los requisitos básicos para ser considerado como Emperador-Papa de la Masonería es que sea “un verdadero luciferino, adorador confirmado y auténtico discípulo del Ángel de las Tinieblas”, señala la obra de Monseñor Meurín. Hagamos un poco de historia al respecto.

Emblema del Grado 33 (Soberano Gran Inspector General) del Rito Escocés de Antiguos y Aceptados Masones. Aquí se enseña que la Biblia es obra del Dios Adonai, al que la Masonería llama 'Príncipe del Mal'. Lucifer es el 'Príncipe del Bien, y será éste quien colocará la espada atravesada sobre el libro de Adonai, para condenarlo. Más perverso, imposible este grado.

Advierte el escritor M. Adolphe Ricoux que “El primer Consejo Supremo (…) fue constituido el 31 de mayo de 1801, en Charleston, grado 33 de latitud norte, bajo la presidencia del judío Isac Long, hecho Inspector General por el judío Moisés Cohen, que había recibido su grado de Spitzer, de Hyes, de Franjen y del judío Morin. Este último había recibido el 27 de agosto de 1762 del Príncipe de Rohan, y de otros nueve masones del Rito de Perfección que le habían encargado establecer en todas las partes del mundo la poderosa y Sublime Masonería”.

Es decir que el Primer Consejo Supremo, que se encarga de erigir al Jefe Supremo de la Masonería, fue creado por judíos. Desde 1801, el Jefe Supremo vive en la ciudad de Charleston, Estados Unidos. Para 1889, este jefe era Albert Pike. A partir de ese año, Pike va a tomar los siguientes títulos: “Muy Poderoso Soberano Comendador, Gran Maestre del Supremo Consejo del Charleston, Primer Consejo Supremo del Globo; Gran Maestre Conservador del Palladium Sagrado, Soberano Pontífice de la Masonería Universal”.

Albert Pike fue elegido “Emperador-Papa” o Jefe Supremo de la Masonería en enero de 1859. Al cumplirse 31 años de su “pontificado” luciferino, Pike publicó una Carta Encíclica (como hacen los Papas católicos), y fue asistido en la ocasión por “diez Ilustrísimos, Muy Iluminados y Muy Sublimes Hermanos, Soberanos, Grandes Inspectores, Generales, Magos Elegidos, que componen el Serenísimo Gran Colegio de los masones eméritos, Consejo de la Falange de Selección y del Batallón Sagrado de la Orden”, nos sigue indicando Adolphe Ricoux.

ROL Y SIGNIFICADO DEL JEFE SUPREMO

Es así que Albert Pike fue considerado hasta su muerte como “Emperador-Papa” de la Masonería, algo así como un Vicario de Lucifer sobre la tierra y que aspira a ocupar la verdadera ciudad de Roma. La comparación entre este “pontificado” luciferino y el de la Iglesia Católica puede resumirse del siguiente modo:

· Gran Maestre del Consejo Supremo de Charleston = Papa

· Gran Colegio de los masones eméritos = Sacro Colegio Cardenalicio

·Soberanos Comendadores de los Consejos Supremos o de los Grandes Orientes = Patriarcas, arzobispos y obispos

· Venerables de las Logias = Curas

· Masones = Fieles

· Logias = Iglesias y capillas

A Lucifer se le atribuye la organización del caos material del Universo y se arroga la gloria de Dios. Fue Lucifer quien creó el caos, pero este caos era “moral” e insurrecto contra Dios. “El orden que aporta el caos moral –sugiere la obra de Monseñor Meurín- no es otra cosa que la organización del mal y el reclutamiento de todos aquellos a quienes pervirtió para perder las almas y propagar la rebelión contra Dios”.

En un discurso, el propio Albert Pike explicó: “Por otra parte cada uno de nosotros reclama “Dios y mi derecho”. Y en varias ocasiones, hemos inscrito nuestra divisa humana con solo las iniciales, para darle una interpretación mística revelada solamente a los Iniciados Perfectos. Esta interpretación no deberá ser comunicada a hermanos con grado inferior al de Caballero Kadosch.

“Así, pues, formulamos nuestra divisa por las iniciales D:. M:. I:., y la explicamos esotéricamente por Destrucción, Materialización, Imposición. En otros términos, hay que imponer por el trabajo masónico la destrucción de todo cuanto no afecta la Materialización. Los tres puntos que siguen a cada una de las letras, significan que el trabajo masónico de Destrucción, Materialización e Imposición es triple”.


Para que quede más claro: se debe DESTRUIR a: 1) la Superstición, 2) la Tiranía Política, y 3) el Antimasonismo.

Se debe MATERIALIZAR: 1) la Conciencia, 2) el Estado, y 3) la Enseñanza.

Se deben IMPONER estas cosas a: 1) la Familia, 2) la Nación, y 3) a la Humanidad.


Manifestación multitudinaria del Ku Klux Klan (KKK) en la ciudad de Washington, Estados Unidos, en 1925. Esta sociedad racista y secreta fue fundada por, entre otros, Albert Pike. Todavía sigue existiendo en nuestros días.

Por último, veremos que, insólitamente, Albert Pike hará una distinción entre Satán y Lucifer (¡¡¡), como si se tratasen de cosas diferentes…: “Estos Hermanos [adoradores de Satán], movidos por un legítimo odio contra el Dios de los sacerdotes, glorifican a su adversario bajo el nombre de Satán, manteniéndole así en la situación de un ángel caído, rebelde. Hay en ello una herejía manifiesta. El nombre de Satán, inventado por la impostura Sacerdotal, y aplicado a un ser sobrenatural, subalterno o diablo, no debe, por ninguna razón, ser pronunciado en la Masonería.

“¿Existe un diablo? Los sacerdotes dicen que sí: nosotros afirmamos que no.

“La leyenda sacerdotal, es una mentira infame, y aquellos de entre nuestros hermanos que glorifican a Satán no hacen en realidad, sino consagrar la impostura, y situarnos mal en la opinión de la gente ignorante.

“(…) La religión masónica, debe ser, para nosotros, iniciados en los grados superiores, conservada en la pureza de la doctrina luciferiana. Pues el Dios, Lucifer, de la teurgía moderna, no es el demonio Satán de la vieja Grecia. Nosotros somos reteurgistas optimatas, y no practicantes de la magia negra.

“La magia ha sido creada por Adonai, calumniador de Lucifer. Si Lucifer no fuera Dios, ¿le calumniarían Adonai y sus sacerdotes?.

“Sí, Lucifer es Dios, y, desdichadamente, Adonai también lo es. La realidad científica del dualismo divino está demostrada por los fenómenos de la polaridad y por la Ley universal de las simpatías y las antipatías (…).

“Por lo tanto, la doctrina del satanismo, es una herejía, y la verdadera y pura religión filosófica es la creencia en Lucifer…”.