jueves, 7 de julio de 2011

FACUNDO QUIROGA Y LOS ULTIMOS GOBERNADORES RIOJANOS: DEL NACIONALISMO AL COLONIALISMO SERVIL

Dos traidores se saludan: Luis Beder Herrera y Néstor Carlos Kirchner. Ambos, a su manera, fueron y son salvajes unitarios en el siglo XX y XXI.


Cierta vez, nos hemos referido a los titulares de la administración Kirchner-Fernández Wilhelm como ‘salvajes unitarios del siglo XXI’, mote que nos pareció justo, inclusive en el presente, por el modo en que otorgan o retienen los fondos de la coparticipación federal que, sin distinción de colores partidarios o ideológicos, deberían ser repartidos sin atenuantes o excusas. La lucha ancestral de los caudillos federales ha sido justamente esa: bregar por las autonomías provinciales merced a la libre disposición de los fondos que les corresponden por ser parte integrante de la República Argentina. El unitarismo, en cambio, tuvo como una de sus principales características el férreo control económico y financiero ejercido por la ciudad capital (Buenos Aires) por sobre el resto de las provincias del interior.

El escritor uruguayo –ya fallecido- Vivian Trías, define muy bien las aspiraciones elitistas y extranjerizantes de los unitarios. Dice en su ensayo “Juan Manuel de Rosas” (1970):
“El punto de vista unitario es que el manejo del puerto y las rentas de la aduana son patrimonio exclusivo de Buenos Aires o, mejor, de sus clases dominantes. (…) En suma, el objetivo medular del unitarismo es aplicar una política económica liberal; lo que coincide, naturalmente, con los intereses esenciales del Imperio Británico. Para ello pretende someter a las provincias interiores y litorales a la hegemonía de Buenos Aires y armar, en esa forma, la unidad nacional sobre la base de la estructura satelizada descrita”. Por satelizada, entiende y explica el autor a una suerte de estructura que, partiendo desde la ciudad de Londres, punto de origen de las posturas económicas liberales, éstas terminan aplicándose, en su trayecto, hasta en las zonas rurales más remotas de las provincias argentinas. De tal modo, expresa Trías, “La provincia porteña es un satélite económico de Gran Bretaña (…) Su economía es un apéndice, una derivación de la economía británica. Pero así como Inglaterra es metrópoli de Buenos Aires, ésta es metrópoli –o submetrópoli- de las ciudades-capitales de las demás provincias. Allí residen y operan las sucursales y agencias de los comerciantes porteños y allí se organizan otras bisagras que articulan a la economía de Buenos Aires con la economía de cada provincia. (…) Buenos Aires, pues, es satélite con respecto a Gran Bretaña, pero es metrópoli con respecto a las ciudades-capitales de las restantes provincias.

“Estas, por su lado, operan según la misma dualidad en relación con los pueblos diseminados en el interior, donde actúan los agentes y representantes de su propia estructura mercantil. Es decir, que las ciudades-capitales de provincias ofician como satélites de Buenos Aires y como metrópolis –o submetrópolis- de los pueblos interiores. Los que, por su parte, operan de la misma manera con respecto a sus respectivos hinterlands rurales”.


QUIROGA, UN CAPITALISTA NACIONAL

La dimensión de lo que representó para la patria la figura del caudillo federal, es una genialidad que todavía no ha sido entendida y explorada en su totalidad. El caudillo fue hombre amado por el pueblo despreciado (gauchaje, indios, mulatos y mestizos). Fue hombre de coraje, de honestidad a prueba de fuego. El caudillo fue también un hombre rico que, tras meterse en la política, terminó empobrecido, asesinado o exiliado. Y además, representó el primer digno ejemplo de capitalismo nacional que hemos tenido los argentinos.

Si Juan Manuel de Rosas fue el mentor de la industria saladeril en la provincia de Buenos Aires al instalar su primer saladero en la localidad de Quilmes por 1815/1816, Juan Facundo Quiroga fue el primer caudillo y dirigente riojano que apostó, con capitales propios, a la explotación en beneficio de sus paisanos de las minas de plata de los cerros Famatina.



Brigadier general Juan Facundo Quiroga. Fue Gobernador efímero de La Rioja y uno de los primeros capitalistas nacionales que tuvo la patria. Su hombría de bien no tiene comparación alguna con sus falsos imitadores del nuestras últimas décadas.



Sin embargo, como cualquier traidor a su patria, Bernardino Rivadavia va a emprender un viaje a Londres hacia octubre de 1825 en donde creará “varias entidades comerciales, industriales y de fomento. Una de ellas es la “River Plate Agricultural Association” y la otra es la “River Plate Minning Association”. La primera –señala el historiador Pedro de Paoli en su obra Facundo- tendrá a su cargo la explotación agrícola de las más feraces tierras de la provincia de Buenos Aires (…) la segunda se adueñará, también gratuitamente, de las minas de plata de La Rioja, explotada por riojanos con bastante éxito”. Como vemos, los cráneos portuarios, en su mayoría miembros de la Masonería, viajaban a Inglaterra –centro del poder mundial por excelencia de entonces- para facilitarles a sus hombres de negocio la explotación de nuestros recursos naturales.

Tan “bárbaro” fue Juan Facundo Quiroga, que en su afán de llevar a la práctica la autonomía económica de La Rioja hasta tuvo un breve período en el cual facilitó que su provincia acuñara sus propias monedas de plata y oro, y estableciera su propia Casa de Moneda. Un decreto del gobernador riojano Baltazar Agüero, del 15 de agosto de 1824, decía:


“(En esta provincia de La Rioja) se halla este gobierno autorizado por la junta de representantes al establecimiento de una casa de moneda, a que deban destinarse las copiosas pastas que explota el cerro de Famatina, como único recurso a que se debe exclusivamente la fundación de este país mediante a que ni la agricultura, ni la escasez del arroyo, ni el comercio por lo desviado de nuestra situación local, pueden preparar un programa que redima (a) estos habitantes de las privaciones que sufren…”.

Aquí también la ingerencia de la Buenos Aires unitaria y pro-británica transformará en inservibles las monedas de plata y oro que se fabricaban en La Rioja y que, al cabo de unos años (hasta 1827, aproximadamente), empezaban a tener cierta aceptación en varias otras provincias y a ser consideradas como ‘moneda nacional’. La implementación oportuna del papel moneda por parte de Buenos Aires, en tiempos de Rivadavia, devenido en presidente de la Nación, destronó de semejante honor a las monedas riojanas que pasaron a no tener valor nacional porque el papel moneda mantenía otro tipo de convertibilidad y era, además, el billete predilecto utilizado para las exportaciones con el mercado inglés. Finalmente, las derrotas del Tigre de los Llanos frente al general Paz terminan por disolver la Casa de Moneda riojana, la cual será nuevamente levantada por el general unitario Lamadrid, aunque con fines menos benévolos que en su etapa anterior.


LA TRAICION DEL KIRCHNERISMO-MENEMISTA RIOJANO

Vale la comparación que hacemos, en este posteo, entre el general Quiroga y dos impresentables delincuentes de la democracia partidocrática que, en las últimas décadas, dirigieron los destinos de la provincia de La Rioja: Ángel Eduardo Maza y Luis Beder Herrera. Se nos preguntará: ¿Qué los une? En primer término, que los tres fueron riojanos, y como segunda condición que todos ellos fueron gobernadores. De hecho, aunque en el relato histórico prevaleció el Quiroga caudillo, hay que decir que también el Tigre de los Llanos fue Gobernador de La Rioja durante algunos meses del año 1823.

Sin embargo, los desune –eso sí- la consideración que uno y otros tienen respecto de la patria. Quiroga, como lo hemos señalado, fue un virtuoso caudillo de linaje que representó el primer gran proyecto de capitalismo nacional en el país, camino que lo llevó a un enfrentamiento mortal con los agentes masones y pro-británicos que merodeaban a la administración del mulato Bernardino Rivadavia. Veremos ahora la contrapropuesta de otros que continuaron la senda de los enemigos de Quiroga, contaminando los suelos riojanos, vendiendo los yacimientos mineros de esas tierras a empresas gringas y empobreciendo hasta el delirio a sus habitantes, futuros integrantes de un suelo envenenado y desértico.

El forajido
Ángel Eduardo Maza gobernó La Rioja desde 1995 hasta mediados de 2007. Fue su vicegobernador en todos esos años el hoy kirchnerista Luis Beder Herrera. De las últimas dos décadas, 16 años estuvieron los riojanos bajo la tutela de la dupla Maza-Beder Herrera.

La historia de Maza comienza en las postrimerías del menemismo traidor, al que sirvió con fidelidad sin igual. Corría 1999, cuando Ángel Maza decide transformar a la firma estatal Yamiri (que tenía la concesión de 211 minas de Famatina, en la provincia riojana) en una sociedad anónima denominada Yamiri Gold S.A.. Constituida ésta, Maza firma un contrato con la multinacional Barrick Gold, en el cual ésta queda comprometida con la prospección y exploración de las minas de la provincia de La Rioja.

En todo esto, prevalece una condición a favor de los intereses extranjeros: de encontrarse minerales óptimos para su utilización en dichos yacimientos, Yamiri Gold S.A. tiene la obligación de venderle la mina a la Barrick Gold… Así consensuada la entrega, del 100% de la sociedad entre la Barrick Gold y Yamiri Gold, el 70% es beneficio para la primera y el 30% para la sociedad anónima.

El traidor Ángel Maza firmaría, años más tarde, un contrato por 10 años más con la canadiense Barrick Gold para continuar explotando las minas de La Rioja. Para ello, la Barrick Gold le pagó a la provincia 500 mil dólares por cada año de explotación. Ese es el precio de la entrega y la expoliación de los recursos naturales argentinos (riojanos). Las ganancias para la Barrick Gold oscilan los 5.000.000.000 dólares (cinco mil millones)…


Beder Herrera, sucesor de Maza en la primera magistratura de La Rioja, era entonces Vicegobernador y tenía amplios conocimientos de lo que ocurría con el usufructo extranjero de las minas de Famatina, escenario del primer intento de capitalismo nacional emprendido por el valiente Juan Facundo Quiroga en el siglo XIX. Los contratos alevosos que describimos anteriormente, ocurrieron entre el menemismo y los primeros años del kirchnerismo, con lo cual ambas administraciones tuvieron una afinidad absoluta a la hora de entregar los recursos naturales al poder mundial.

Como la entrega tiene una compensación, Luis Beder Herrera también la tuvo: en pleno gobierno de Carlos Saúl Menem, en 1994, abrió una cuenta bancaria cuyo número era 02400151321134, en el Banco Nacional de Cuba, Oficina 2501, en donde llegó a tener unos 20.000.000 de dólares… Lo interesante es que los negociados que Beder Herrera pudo hacer cuando era el segundo de Maza, siempre en el menemismo, no fueron tocados cuando a partir de 2003 asumió la presidencia de la Nación el especulador inmobiliario Néstor Carlos Kirchner.


En los primeros meses de 2011 volvió a ser reelecto Gobernador de la provincia de La Rioja con el apoyo de una fuerza que devino en mutación obligatoria: el kirchnerismo menemista. Es que el senador riojano Carlos Saúl Menem apoyó a Beder Herrera mediante un partido propio que tiene en su terruño, acaso una de las 17 listas colectoras que impulsaron la victoria del hebreo Beder Herrera. La explotación minera a cielo abierto, que contamina los suelos y el aire de los habitantes de dicha provincia, continuó incólume su derrotero desde 2007 hasta el presente 2011, años en que viene gobernando Beder Herrera…por obra y gracia del kirchnerismo menemista.