En
la página 4 del órgano oficial del Ejército Montonero, hablamos de la
publicación "Estrella Federal", en su número correspondiente a Abril
de 1978, hay una editorial firmada por el delincuente subversivo y doble agente
Mario Eduardo Firmenich, 'Comandante en Jefe' del susodicho ejército marxista,
en la que hace un llamamiento a los cuadros y soldados montoneros para
emprender acciones durante el Mundial de Fútbol que se estaba por celebrar en
nuestro país.
Para
ese entonces, la Conducción Nacional
de la
Organización Montoneros -de la cual dependía su ejército- se
hallaba lejos del campo de batalla al que ellos mismos se habían lanzado desde
que pasaron a la clandestinidad. En la comodidad parisina (europea,
genéricamente hablando), Firmenich, Vaca Narvaja y otros impartían órdenes a
los desalmados que habían quedado en Argentina sin protección ni dinero,
aguardando una muerte segura.
Sin
embargo, esa misma conducción tenía asegurada su existencia, pues entre gallos
y medianoches ya habían resuelto un pacto con el masón y almirante Emilio
Eduardo Massera (en representación de la junta militar) para que no ocurrieran
atentados ni secuestros durante el campeonato mundial de fútbol. Creemos, a la
luz de los años y la verdad que de a poco se asoma, que el entonces coronel
Alberto Alfredo Valín, nexo entre Mario Firmenich con el Batallón de
Inteligencia 601 del Ejército Argentino y con la Embajada de EE.UU. en
Buenos Aires, cumplió con creces el rol que le cupo en ese pacto de muerte,
traición y sangre. A decir verdad, el coronel -luego general- Valín fue jefe
del Batallón de Inteligencia 601 desde el 1 de octubre de 1974 hasta el 27 de
octubre de 1977. Para 1978, era un 'intocable' con aceitados lazos en la
subversión armada de Montoneros.
Por
lo mismo, todos aquellos sospechados de ‘saber más de la cuenta’ sobre estos
oscuros contactos entre ‘enemigos’, como la funcionaria argentina en la Embajada de Francia Elena
Holmberg, ya se habían asegurado o el silencio perpetuo o la muerte más
espantosa. De no haber sido asesinada y su cadáver arrojado al río Luján en
diciembre de 1978, Holmberg seguramente habría contado los pormenores de las
entrevistas de Massera con los Montoneros (hubo al menos 2 encuentros, uno en
París y otro en Italia), como también los infames negociados del almirante en
el exterior. Se dice por allí, que Massera usaba de pantalla (testaferro) a un
ex dirigente de UDELPA (Unión del Pueblo Argentino, de Aramburu) para que se
ponga al frente de una misteriosa empresa que el marino tenía en las afueras de
París durante los años del proceso. En esos años, el silencio cómplice de
terroristas subversivos y uniformados genocidas ocultó todas estas cosas.
OFENSIVA "TACTICA" Y LOS PUNTOS 4 Y 5
Si bien para fines de 1976 sus estructuras
orgánicas ya estaban casi diezmadas, ello jamás pudo haber planteado, ante la
inminencia de un acontecimiento como el mundial de fútbol, una actitud
defensiva por parte de los subversivos que siempre habían querido mostrarle a
la prensa de los demás países –que ahora venían a cubrir los partidos- la lucha
y el planteo político que perseguían. Por eso mismo, es extraña la actitud de
Firmenich de no decidirse a llevar a cabo atentados y hechos que llenen las
primeras planas de los diarios y noticieros del mundo, más si tenemos en cuenta
que la prensa argentina jamás iba a propagar ni la lucha ni los planteos de los
sediciosos.
En la citada revista “Estrella Federal”,
insólitamente Mario Firmenich da las directrices para una “ofensiva táctica” en
lugar de una “ofensiva total” contra las fuerzas armadas y de seguridad. Claro
que, el doble agente no era zonzo: los pactos secretos había que cumplirlos
para contentar las imposiciones de Henry Kissinger, Brzezinski, Friedman y
demás personeros del poder mundial. Massera, por su parte, no quería que su
proyecto político propio se eche a perder: a cambio de no molestarlos, les
pidió una millonada de dólares (U$S 1.400.000, para ser exactos) a los de la
conducción de Montoneros, quienes gustosos contribuyeron, de ese modo, a las
aspiraciones “democráticas” del almirante una vez que la dictadura
cívico-militar pase a la historia. No fue broma esta aspiración de Emilio
Massera: a finales de 1982 y comienzos de 1983, se lanzaría al frente del PDS
(Partido para la Democracia Social )
al avizorar el estrepitoso final del Proceso. El Comité Central del PDS quedaba
en la calle Viamonte 1653, 2° Piso, Buenos Aires. No pocos dobles agentes o
‘quebrados’ de la Organización
Montoneros cumplieron funciones para el lanzamiento de esta
luego frustrada candidatura.
Transcribimos a continuación la
editorial con las directrices que Mario Firmenich suscribió para que sean
cumplidas por los ‘soldados’ del Ejército Montonero en pleno Mundial de 1978.
Préstese atención, como solapada reafirmación del Pacto Massera-Firmenich, lo
que decían los puntos 4 y 5 de la nota:
“DIRECTIVAS AL EJERCITO
MONTONERO PARA LA OFENSIVA TACTICA
“MUNDIAL 78”
En la situación actual,
hemos agotado la ofensiva del enemigo, pero ellos aún no han abandonado las
intenciones de continuar con la ofensiva. Por esta razón tenemos todas las
condiciones para lanzar sobre la dictadura una ofensiva táctica integral, es
decir, política, militar y propagandística.
¿Qué pretendemos con esta
ofensiva táctica “Mundial’ 78”?
Obligarlos a que cambien
de estrategia, o sea, que abandonen el intento de continuar con su ofensiva y
tengan que conceder una apertura política y sindical.
Sabemos que esa apertura
será tramposa, pero en términos estratégicos será la manifestación de la
situación que describimos en el punto “2”.
El heroico Ejército
Montonero debe complementar y darle mayor potencia a las acciones que
desarrollarán el Partido Montonero y el Movimiento Peronista Montonero, actuando
todos bajo una consigna: “ARGENTINA CAMPEON, VIDELA AL PAREDON. MONTONEROS”.
Para ello debe cumplir con las siguientes directivas:
1. Prepararse para la
ofensiva táctica evitando el desgaste previo.
2. Concentrar en el tiempo
la capacidad de hostigamiento. Ese tiempo es precisamente el tiempo que dura el
campeonato mundial de fútbol.
3. Priorizar con toda
claridad, durante el desarrollo de esta ofensiva táctica, la línea
antidictatorial y antirrepresiva. Concluida la misma, se retomarán los lineamientos
emanados de la Secretaría Militar
del Partido.
4. ESTÁ TERMINANTEMENTE
PROHIBIDO (*) realizar operaciones militares que afecten directamente o
perjudiquen a: A) Los partidos de fútbol; B) Los equipos o delegaciones
extranjeras; C) Los periodistas argentinos o extranjeros; D) Los turistas o
espectadores de los partidos de fútbol.
5. ESTA PROHIBIDO (*)
realizar operaciones militares de cualquier tipo a distancias inferiores a 600
metros a la redonda de los estadios donde se disputen encuentros.
6. Cada uno de los
compañeros de nuestro Ejército debe transformarse en una oficina de prensa
informando de todas las operaciones realizadas, o cualquier tipo de denuncia,
llamando telefónicamente a: A) Las agencias de noticias internacionales; B)
Radio Colonia; C) Los periodistas extranjeros que estarán en los hoteles
céntricos de cada subsede; D) Los diarios argentinos. Deben desmentirse todas
las informaciones falsas que publique la prensa del régimen, incluidas las
operaciones falsas que puedan realizar con nuestra firma.
Compañeros del glorioso
Ejército Montonero: la orden de combatir está dada; es el deber de cada uno de
ustedes llevar a cabo la misión con éxito al grito de
LIBERACION O DEPENDENCIA!
PATRIA O MUERTE!
VENCEREMOS!
COMANDANTE MARIO E. FIRMENICH
COMANDANTE EN JEFE DEL
EJERCITO MONTONERO.”
(*) Las mayúsculas son nuestras.
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